A los ocho años ya sabia que iría al infierno, por robar un chicle. Mi madre no me lo quiso comprar, así que, ni corta ni perezosa....LO MANGUÉ.
Me llevé una buena torta y un:
- Los niños malos que roban no van al cielo
Rápidamente até cabos... Yo tenia todos los números para ser de "Los niños malos".
Este último mes he vuelto a pensar en los infiernos. La verdad sea dicha, no he hecho nada par que el ser supremo, encargado de decidir si eres de los aptos al cielo, me levante la condena. Es más, creo, que mi lista de sacrilegios infernales ha ido en aumento y de forma intensa este último año.
Pero lo que tengo muy claro es, que visto el panorama, no me sentiré nada sola ahí abajo. Ya no hablo de los delincuentes de moda, esos, estarán en el subsuelo mierdoso del infierno (espero). Si no de las tres cuartas partes de la población.
Oyes, lees, ves, intuyes... y piensas... ¡No habrá sitio para tantos!
Yo, más lista que el hambre, le hago llegar, mediante este escrito, al encargado del alojamiento infernal, para que me busque un ático, con vistas a las calderas, junto a mis amigas. Que obviamente no se salva ni una.
Creo que una copió, otra robó y la otra dice tacos...
¡Qué calentitas vamos a estar! ¡Cuántos chismes acontecerán en nuestros alrededores! Estaremos entrentenidas, a más no poder!
Allí abajo, también, habrá mucha faena. Nos las podemos repartir amistosamente, total, el mal ya esta hecho, solamente nos queda disfrutar de nuestra condena en el purgatorio.
Ya veo... a tod@s tejiendo al ladito de las calderas... O cocinando en las grandes ollas, ALAAA COMO PARA UNA BODA....O limpiando los w.c....
¡Ui no! Eso se lo dejamos a los del subsuelo mierdosos. ¡¡¡Que ya nos hemos comido suficiente mierda suya en este mundo!!!
Y con esto y un bizcocho.....
Bona nit pecadors!
Y si te portas mal en el infierno, donde vas?
lentejas
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